Nuestro profesor de filosofía nos
propuso una actividad que trataba de estar callado las 24 horas de un día, sin
poder comunicarte de ninguna forma, aislada completamente del mundo, algo que
para mi era casi imposible. Al principio no sabía si apuntarme o no, ya que hay
que tener el valor suficiente para soportar un día entero sin hablar. Al final,
me decidí, y me apunté.
El día 18 de febrero, fue el día
que me tocaba estar sin hablar ni comunicarme, fue un tanto extraño ya que yo
soy una persona que no puede estar callada, vamos, que hablo por los codos.
Para colmo, mis compañeros eran tan graciosos que querían que de alguna forma
hablase, y así fue, un compañero me hizo hablar, pero fue algo involuntario.A
lo largo del día, te vas dando cuenta de que cada vez se te hace más difícil
eso de no hablar, cada vez te cuesta mas, cada vez tienes mas ganas de
comunicarte con la gente, de escuchar tu propia voz.
Lo peor para mí fue cuando fui a
comer con mi madre a un restaurante, no podía hablar con ella, no podía decir
lo que quería comer, pero eso, lo superé. Menos mal que ese día tenía que
estudiar para un examen, sino, pienso que me hubiese muerto de el aburrimiento.
Pero todavía no había llegado lo peor, el tiempo de mi entrenamiento de
voleibol, eso si que fue lo peor, porque no podía hablar con ninguna de las
niñas de mi equipo, no podía decir absolutamente nada, era horrible.
El final del día llegaba, y yo me
moría de ganas por hablar, por comunicarme como sea, creo que no he tenido más
ganas de hablar que ninguna otra vez. Llegaron las 12, y al final, hablé, menos
mal, pensé que no iba a aguantar, pero aguanté. Al día siguiente, me harté de
hablar, no me lo creía, era como si hubiese estado callada durante toda mi
vida.
Para mi, esta experiencia va a ser
inolvidable, he aprendido muchísimas cosas. Ha sido un reto muy difícil, pero
no imposible como yo pensaba, he aprendido que comunicarse es esencial, se pasa
muy mal cuando no tienes como comunicarte o con quién comunicarte, por eso, no
hay que dejar a gente marginada, sino todo lo contrario, hay que animarlas a
que se comuniquen con los demás y que mantenga un poco de vida social con
amigos con los que poder salir. Con esta experiencia te das cuenta de que somos
unos privilegiados por poder hablar, ya que por ejemplo, los mudos no pueden
hablar, aunque tengan su propio lenguaje de sordo-mudos. Debemos ayudar a la
gente a comunicarse con los demás, es imprescindible para que nadie se quede
solo, es muy importante ayudar a los demás como otros nos han ayudado a
nosotros.
Bueno,me ha parecido una experiencia inolvidable,creo, por como lo has comentado todo,me hubiera gustado muchísimo tenerla ya que nunca me he visto en esa situación y debe de ser gracioso con lo que me gusta ami también hablar,que a veces pienso que hasta sola hablo.
ResponderEliminarMuy gracioso cuando has dicho que al siguiente día no parabas de hablar,y es normal,después de un día entero sin hablar no es para menos.Aunque se te escapó una frase pequeñita pero fue por culpa de tus compañeros que te provocaron.
La última reflexión que haces sobres los mudos/sordo-mudos pienso que es útil para así darnos cuenta de cómo lo pasan algunas personas al no poder comunicarse con otras con su propia voz y por lo menos,tener esa sensación 24 horas ¡que no son pocas!