miércoles, 4 de junio de 2014

Gozar, y hacer gozar.

Antes de que dos mujeres, Eva y Pandora,  trajeran la desgracia al mundo, los hombres vivían en el jardín del Edén, donde no existía el dolor, la muerte, el sufrimiento, ni el deseo,  sino todo lo contrario, la paz, la armonía, el saber vivir.. Pero un día, según el cristianismo, Eva cayó en la tentación por culpa de la serpiente, y se comió el fruto prohibido, y desgraciadamente, trajo al mundo el sufrimiento, estar obligados a morir, el trabajo, y parir con dolor. Al igual que Eva, Pandora era una mujer inocente y le confiaron una caja que supuestamente no podía abrir, y como le comía la curiosidad, la abrió y paso exactamente lo mismo que cuando Eva se comió el fruto.


¿Pero realmente hay que culpar a las mujeres de extinguir la felicidad? Todo lo contrario, las mujeres han sido subestimadas por la pérdida de la felicidad, pero sin embargo, prefirieron la inteligencia y el sa­ber antes que la obediencia, la curiosidad y el deseo antes que la sumisión, es decir, que gracias a estas dos mujeres apareció la inteligencia, la razón y el conocimiento, aunque perdiendo la inocencia.
Onfray piensa que el conocimiento, el saber más, implica ser menos alegre, ya que aumenta el dolor, la tristeza, etc. Pero también dice que saber es conocer que el tiempo pasa, y que en un momento determinado, la muerte estará a la vuelta de la esquina. 
Finalmente, resume que la felicidad es gozar y hacer gozar, aunque en general, uno no sabe que es lo que nos hace gozar, y menos aún, que es lo que hace que los demás gocen, es algo imposible, ya que en ese momento estás inmerso en un placer que ni tú te das cuenta, pero para ello existe una comunicación, que nos puede ayudar a saber los goces de los demás. Pero además de eso, la felicidad se basa también en los pequeños recuerdos que te llenan por dentro, por ejemplo, tu primer beso con alguien es imposible olvidarlo, es más, cuando lo recuerdas, sientes como unos escalofríos por el cuerpo, que, ya nunca más serán iguales que cuando te hayas besado más veces.

En conclusión, estoy totalmente de acuerdo con el autor, ya que hay que vivir sin que te importe el pasado ni el futuro, es increíble la sensación que se tiene al vivir nada más que el presente, sin ninguna preocupación, esa es simplemente la base de la felicidad que muchas personas buscan. Pero el sufrimiento también ciñe en tu vida, ya que para pasar buenos ratos y ser feliz, anteriormente hay que sufrir, pero por eso mismo, vale la pena vivir. 

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